sábado, febrero 18, 2006

Vidas miserables

Vidas miserables

No quisiera ser majadero, pero debo insistir
en un tema que en nuestro medio parece tabú.

Cuando por alguna razón más bien trivial, le
preguntan a alguien por su vida, la respuesta
es casi siempre la misma: su vida es buena y
el tipo es feliz. O casi.

El casi, si un molestoso insiste, resulta ser algo
de tono menor, casi anecdótico. Por ejemplo,
no es "completamente feliz", porque no logró
adquirir entradas para escuchar a los U2,
con un tal Bono como su máxima estrella.

¡Por favor!. ¿Cómo alguien puede pensar que
asistir a un concierto o no, sea importante?.

Importante es considerar las tragedias que
cada día ocurren alrededor nuestro.
Esas tragedias las llamaré, por esta vez, sin
querer ser peyorativo: "vidas miserables".

Miseria y conmiseración... ¿Qué significan?.

Fracaso, ignorancia, violencia, hambre,
incultura, pobreza, vidas sin sentido,
vidas perdidas en las drogas, sin luz,
vidas desperdiciadas, vidas vacías,
ajenas a todo lo que pueda ser bueno,
alto, noble, generoso, creador, vivo.

Miseria... carencia de todo valor,
miserable... despreciador y despreciado,
vidas inútiles, indiferentes, perdidas.

Conmiseración... lástima por todos
aquellos seres oscuros, sin horizontes,
pena por aquellos que tienen que
soportar su presencia, su desgracia.

¿Cómo puede hablarse de justicia y
libertad en sociedades como la nuestra
en que nada se hace por salvar a esos
seres que son incapaces de desarrollar
su intelecto para ser personas?

¿Se puede llamar "ser humano" a un
individuo que jamás ha tenido una
idea noble, un acto generoso, que
nunca va ser capaz de admirar una
obra de arte, de comprender, de
razonar, de admirarse ante la historia
humana y sus realizaciones?

Estas "vidas miserables" sólo se dan
en las grandes ciudades, dentro de
esas barriadas miserables, no por
su pobreza económica, sino por su
pobreza espiritual. De ellas se nutren
las bandas de delincuentes y seres
en estado salvaje, que para robar
anillos, cortan los dedos de una
persona honesta, trabajadora.

¿Qué hacen las personas que son
capaces de colaborar para que
esta lacra social desaparezca?
Viven felices rodeados de muros
levantados por su riqueza...

¿Serán ellos los verdaderos
miserables?. Me asalta una duda
en verdad aterradora... ¿Dónde
están las vidas miserables, en los
barrios bajos o en los altos?.

O quizás no existe una dicotomía
y ambas realidades conforman,
en una siniestra complicidad, el
conjunto de vidas miserables,
indignas de ser vividas.