sábado, mayo 20, 2006

Paseando por Santiago

Dos ciudades

Se puede decir que la historia de las ciudades
es la historia del mundo. Las más antiguas, en
Asia Menor, (Anatolia, la actual Turquía) y en
Siria, son de especial interés porque presentan
características muy especiales. Por ejemplo, la
entrada era "por arriba", desde el techo...

¿Por qué?. Porque estaban todas las casas juntas,
compartiendo muros, hasta formar un conjunto
sólido, en que los muros de las últimas casas eran
a la vez los muros de la ciudad. El nivel de la ciudad
eran los techos, mas o menos a la misma altura,
donde realizaban algunas tareas domésticas y a la
vez alternaban. Una escalera de madera comunicaba
la entrada de la casa con su interior, donde en el
lugar de honor se alzaba un altar a los dioses, entre
los cuales el Dios Toro era importante.

Nuestra letra A, invertida representa un toro y proviene
de Fenicia. En esas primeras ciudades, la mujer tenía
una gran importancia social, que perdería posteriormente.
Aún quedaban resabios de la época antiquísima en que
se adoraba a la Diosa Madre.

Mucho tiempo ha pasado, casi diez mil años.
Hoy las megalópolis se tragan nuestras vidas y sólo muy
pocos son capaces de sobreponerse a su influencia.
Desde cierto punto de vista, en la forma de recorrerla,
existe la ciudad del peatón y la ciudad del que circula
en ella en su automóvil. Dejaré de lado a los pasajeros
de movilización colectiva.

Para el peatón, la ciudad es gigantesca y tiene que
limitarse en sus desplazamientos a unos pocos
kilómetros. El último paseo interesante que he
realizado me llevó desde el actual Barrio Universitario
hasta el interior de la comuna de Quinta Normal.

Las calles del recorrido: San Ignacio, Tucapel Jiménez
o Manuel Rodríguez, Huérfanos, Sotomayor, Santo
Domingo, Lourdes, Poeta Pedro Prado.
Desde las elegantes torres de la la Iglesia de los Jesuítas
hasta los abandonados y enormes silos de la empresa
Prieto & Eyzaguirre.
Digno de observarse: el Centro-Club de Pensionados de
la Caja de Compensación Los Andes, un pequeño palacio
para los jubilados. Los antiguos edificios decimonónicos
en las cercanías de Alameda. El más céntrico de los
"rodoviarios", el Terrapuerto Los Héroes, el hermoso
rostro de una joven ocupando los dos pisos del frontis
de una antigua casa. El puente colgante "más pequeño
del mundo", los nuevos edificios de lofts y departamentos
cada vez más altos. La plaza Brasil con los juegos de la
hija de Roberto Matta y la casa colonial colindante.
Las viejas casas de Huérfanos, barrios del siglo XIX, dando
paso a nuevos edificios como resultado del terremoto de
1985, que fue una verdadera aplanadora en ese sector.
La Plaza Yungay es todo un descubrimiento a las diez de
la mañana. Por cierto que el "Roto chileno" que la adorna,
representa claramente los rasgos de un joven hermoso de
París, que supongo habrá sido un "sobrino" del escultor.
Antes de llegar a Matucana, lo sorprendente es la soledad
de las calles, que favorece la transgresión de ciertas normas
municipales por algún urgido transeúnte, falto de baños
públicos pero imitador de ciertos canes.
En Santo Domingo, pasamos frente al Internado Barros Arana.
Muchas historias al interior de esos muros...
E imponente, nos recibe con sus hermosos vitrales y su
majestuosa estructura el templo del Santuario de Lourdes.

Con gusto pagaría, si pudiera, que su cúpula pudiera brillar
al atardecer como lo hace en Jerusalén la mezquita de Omar,
el templo de "la Roca", totalmente recubierta de oro.

La callecita Lourdes, con casas de fachada modesta, hacen
crecer las sospechas que dentro de ellas han crecido más de
un notable personaje, quizás hoy en Europa.

Hasta que al cruzar la avenida Mapocho, su nombre cambia
al de Poeta Pedro Prado. Varias escuelas en el entorno y más
lejos una enorme mole oscura se levanta despertando nuestra
curiosidad. Grandes camiones circulan por la calle sin viviendas.
Al llegar vemos más de cuarenta enormes silos abandonados al
igual que otros enormes galpones aledaños. ¿Qué será de los
señores Prieto&Eyzaguirre?. ¿O la memoria me falla y son otros
los nombres que en pequeño formato aparecen en sus puertas
herrumbradas y no abiertas por años?.

Es hora de almorzar... volveré al "downtown" de la city.
Otro día será el turno del paseo automovilístico... para
seguir descubriendo a Santiago.