sábado, enero 15, 2011

Lo esencial es contar con uno mismo


En el camino de la vida, es una gran tarea aprender a descubrirse y conocerse, en especial en este mundo actual, lleno de prisas.
Para enfrentar cualquier situación, es vital contar con lo más importante: nosotros mismos. Aportar con nuestras capacidades, nuestras experiencias, nuestro particular punto de vista. Conociendo nuestros talentos y defectos, nos es posible tomar decisiones más correctas y apropiadas.
Generalmente, la autoestima es sembrada por los padres y personas cercanas en la infancia; llegado el caso, cuando adultos, podemos, con arduo esfuerzo, corregir la deficiencia de ésta y luchar por alcanzar una real autoestima y autoconfianza. El camino debe iniciar en el "conocerse", ya que "no se puede amar lo que no se conoce". Y el autoconocimiento se hace, en parte, estando a solas y enfrentándonos a nuestra existencia, nuestros sueños, esperanzas, anhelos, y a nuestros miedos, traumas y obstáculos. Y en parte relacionándonos con personas de confianza, que reflejen y nos muestren partes de nosotros, que no habíamos visto.
Y entonces, armados de nuestros "paquetitos personales" de cualidades y deficiencias, podemos seguir, sabiendo que ya no estamos solos, sino "con nosotros mismos", y eso es bastante decir, ya que empezamos a vislumbrar parte de lo que somos. Y podemos confiar en nosotros mismos, ya que sabemos en quién lo estamos haciendo.

sábado, enero 01, 2011

Buenas intenciones


¿Primera columna de 2011? La mente se me pone en blanco como el año... mejor sería empezar de cero, olvidando (o queriendo olvidar) lo pasado, dejando sólo las lecciones que nos ha enseñado la Universidad de la Vida... A veces no es tan bueno recordar.
Arrepentirse, tampoco serviría de nada, si lo único que tenemos por delante es el futuro, haciéndose presente a cada instante. Futuro lleno de posibilidades de todo tipo, buenas y malas, factibles o no.
Ojalá fuera tan fácil como llenar un saco sólo con nuestras cualidades, y dejar atrás todos los defectos, esos que nos dificultan concretar todas nuestras buenas intenciones. Pero no, llevamos todo a cuestas, y soñamos hermosos futuros, y las trabas nos vuelven los pies pesados como roca.
Ojalá tuvieramos alas, para salvar las dificultades y perseguir nuestros sueños desde lo alto, construyéndolos con la mente y adornándolos con el corazón.
La realidad y las circunstancias nos obligan permanentemente a modificar el camino a nuestros objetivos, así como el oleaje obliga al capitán a estar firme frente al timón, con el destino en mente... cuantas personas se dejan sólo llevar donde la vida los arrastra.
No sabemos cómo lo haremos, no sabemos cuándo llegaremos, pero si no olvidamos los sueños, algún día nos encontráremos en el punto de llegada. Y comenzará entonces otro viaje, más allá todavía.