jueves, marzo 23, 2006

Sinceridad e hipocresía

¿Decir lo que se piensa?

Los sabios no dicen todo lo que piensan,
pero piensan todo lo que dicen.

Esta es una frase ingeniosa, pero no creo
que su origen provenga de un sabio.
Al menos, no de un sabio honesto.

Reflexionemos.
¿Qué podemos pensar de quien no dice lo que piensa?
Quizás es prudente, puede ser peligroso.
Quizás es cortés, no quiere ofender.
Quizás es un diplomático o un abogado,
gajes del oficio. Deben callar.
Existe el secreto profesional.

También podemos pensar en una persona
naturalmente reservada.
O quizás lacónica. No le gusta hablar.
En fin, muchas posibilidades.

Pero... ¡Qué sucede si no dice lo que piensa,
pero expresa lo que no piensa, es decir,
miente permanentemente?

Podemos pensar que lo hace por interés,
para engañar, para quedar siempre bien.

A mí me gusta, para nombrar a aquellos
que no dicen lo que piensan, el vocablo
HIPÓCRITA. Excelente!. El término
"hipocresía" en el diccionario indica
a aquél que nos engaña con su palabra.
Que no dice lo que piensa.

¿Qué es lo contrario?. La sinceridad.
Sincero es quien dice lo que piensa.
Me gusta la gente sincera, Más aún, me place
la más ruda franqueza, dicha en la cara.

"¡Tú me agradas, por estas razones!"
"¡Tú me desagradas, por estas razones!"
¡Maravilloso, notable, muy digno y valiente!
Así me gusta la gente, que me diga en mi cara,
lo que no le gusta de mí y explique la razón.

He encontrado gente así, de ruda franqueza,
en ambos lados del Río de la Plata.
Me gustó. Uno sabe a qué atenerse con cada uno.
Pero acá, en Santiago de Chile, es muy difícil
encontrar esa ruda sinceridad.

¿De qué se trata?. ¿Son todos diplomáticos?
Nada de eso. Es lisa y llanamente, hipocresía.
Después del compadrazgo, el peor vicio del
chileno. De nosotros, los chilenos.

No podemos saber quiénes son nuestros amigos,
porque después de 20 años de lindas palabras,
nos venimos a enterar que a nuestras espaldas,
nos han criticado en una forma incalificable.

¿O acaso no existe el "deporte" de criticar a los
que se van primero de una reunión?
A la víctima, en su presencia lo han felicitado,
palmoteado, llenándolo de halagos.
No bien abandona el lugar, se transforma en
un patán miserable, un desgraciado, o cosas
bastante peores, incluso llegando al insulto.

Yo he sido testigo por muchos, demasiados
años de esa execrable conducta, de los hipócritas.
Menos mal que existen excepciones.
Tenemos gente sincera, aunque muy poca.
Hay gente buena, que dice lo que piensa, con
sinceridad y buenas intenciones.

Pero no siempre las mayorías son buenas.
La hipocresía reina entre nosotros y dan
ganas de salir huyendo del país.
Menos mal que la actual juventud no es así.
Son rudamente sinceros. Dicen lo que piensan.
A nosotros, gente de edad, nos llaman...
"los viejos de mierda". Y merecemos el honor!

Ojalá que ellos nunca cambien, pero me temo
que ya muchos están cambiando sus discursos,
mientras cambian sus bluejeans por una
hermosa corbata de seda italiana.

Permiso, voy al aeropuerto, tengo pasaje para
la hermosa ciudad de Montevideo...
¡Me voy a tomar unos mates en la Rambla!.

viernes, marzo 17, 2006

¿Una nueva época?

¿Una nueva época?

Así como las naciones, también nosotros, humildes mortales,cambiamos de época. Podemos considerar cada década y desde la de los '20, debemos tener la sabiduría de adaptarnos a cada unade ellas en el sentido de saber disfrutarlas, en todo lo que tienen de riqueza y oportunidades.

Pero también hay otros acontecimientos que marcan "épocas", como el ingreso a la Universidad, el matrimonio, ser padre o madre por primera vez. Para algunos, marca una época su separación o divorcio. Para otros, una época muy distinta se inicia con un cambio de residencia, especialmente cuando es a otro país, incluyendo un cambio no sólo en el lenguaje sino también en la mentalidad.

En mi caso, he vivido varios de los acontecimientos anteriores, en realidad todos, pero también han sido significativos laconvivencia con distintas parejas, cada mujer que ha sido mi compañera por un tiempo, me ha dejado un recuerdo permanente y ciertamente ha marcado una época distinta.

Hoy quiero referirme a la época en que se abandona el trabajode toda una vida, (o más de una vida) y pasamos a lo que algunos llaman, eufemísticamente, "el merecido descanso". ¡Vaya ironía en nuestro país!. En este Chile de hoy, aparentemente exitoso, el tema previsional, como el de la educación, tienen una palabra en común, con mayúscula: FRACASO.

Después de dedicar 41 años a la educación, mi exigua jubilaciónme manda, con impulso incontenible, no al descanso, no a los viajes de la tercera edad, sino a una nueva época de esfuerzo, a un nuevo trabajo, más peligroso, naturalmente por causa dela edad, de mayor esfuerzo y menor remuneración.

Quizás muchas mujeres, después de jubilar, pueden compartir con su familia, pero en el caso de la mayoría de los hombres, a los 65 años, tenemos que asumir, con entusiasmo "juvenil", nuevas responsabilidades, para poder equilibrar nuestro escuálido presupuesto, pagar deudas e incluso, en muchos casos, para ayudar a hijos adultos que están cesantes o en desmedrada situación.

Pertenezco a la olvidada clase media empobrecida, es decir, buen nivel cultural y muy poco dinero. El nuevo gobierno se dispone a mejorar las pensiones... ¿Cuáles?. Sólo las más bajas, la de los muy pobres e indigentes.

Y así, entonces, comenzamos una nueva época, estando próximos a los 70 años, edad de respeto, supongo, aunque sea por la cercanía de la muerte, con nuevo trabajo, nuevas obligaciones, mucho más exigentes que cuando éramos jóvenes, con jornadas de trabajo de 12 horas diarias y compensaciones propias del capitalismo salvaje, es decir,"máximo esfuerzo y mínima compensación", pro-beneficiode los grandes empresarios, los únicos humanos en este nuevo mundo del siglo XXI.

¡Esto sí es una nueva época y no las de antes!.