martes, agosto 23, 2005

Nuestro viaje

¿Qué encontramos al viajar?

Aunque ante el empedernido viajero,
aparentemente solitario,
vayan sucediéndose los paisajes,
no son los fenómenos geográficos
exclusivamente, lo que encuentra.

Bien puede fascinarle un gran edificio,
un monumento antiguo, un castillo,
o gentes de la más diversas razas.
Más allá, sin embargo, el viajero,
siente que se enfrenta a sí mismo.

Está solo en un mundo desconocido.
Deberá valerse por sí mismo,
hablar un idioma diferente,
comprender gestos distintos,
disfrutar de frutos exóticos.

Ese es nuestro viaje, un adentrarse
en nosotros mismos. El viajero sale
al mundo, para encontrarse a sí mismo,
y al hacerlo, encuentra a los demás,
los siente hermanos, amigos todos.

Y la alegría lo inunda. Porque ahora,
al viajar, se siente libre y auténtico.

La alfombra m�gica

La jungla de cemento

Cuando vivimos en una gran ciudad
y Santiago de Chile ya lo es, sin duda,
estamos sumergidos entre millones de
seres humanos que, al igual que nosotros,
sienten, piensan, sufren, aman, viven.

Pero la relación posible es muy distinta
a la que se puede tener en una pequeña
localidad. En la gigantesca urbe nos
acostumbramos a la insensibilidad.

La ciudad nos provee una especie de
coraza que evita que se demuestren
nuestros verdaderos sentimientos.

Por supuesto, podemos ser corteses y
hasta muy amables con todos, es decir,
somos perfectos seres "urbanos",
pero no reaccionamos ante los numerosos
eventos lamentables que se suceden
ante nuestra vista. Seguimos nuestro
camino, indiferentes o incluso molestos.

Lamentablemente, también pasan frente
a nosotros, rostros que nos conmueven
o nos fascinan, ya sea por adivinar un
alma gemela o quizás, alguien a quien
podríamos llegar a amar.

Pero continuamos nuestro camino,
uno más entre millones, uno más,
quizás más tristes que ayer.

miércoles, agosto 17, 2005

La alfombra m�gica

RESPETO Y ALEGRÍA

¿Es posible encontrar alegría (felicidad) en zaherir, insultar,
denostar, violentar, dañar o descalificar a otro ser humano?

Ya no soy joven, pero tengo buena memoria y recuerdo que
cuando lo era, cuando viví esos maravillosos años entre los
catorce a los diecinueve años, en que cada año parece una
vida entera, mi felicidad, mi alegría, la experimentaba cuando
podía ayudar a un compañero, cuando demostraba respeto
por mis mayores, especialmente mis padres y mis maestros.

Evidentemente, el mundo ha cambiado en las últimas décadas.
Hoy, verdaderas jaurías de adolescentes, parecen alegrarse
enormemente, de acuerdo al nivel de sus risas, cuando dañan
a otra persona, tanto si es un igual, como si es una persona
mayor. Es decir, parecen gozar al faltarle el respeto a todos.

Creo que lo único que hacen es faltarse el respeto a sí mismos.

Una persona con uso de razón, y esto involucra a todos los
adolescentes, no puede experimentar alegría al observar el
sufrimiento de otra persona. Por el contrario, todo ser humano,
tal como lo expresa al artículo uno de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dotado como
está, de razón y de conciencia, debe comportarse fraternalmente
con sus semejantes.

Todos somos hermanos, seres de la misma especie.
Seres únicos e irrepetibles, dotados de la enorme dignidad y
valor de lo insustituíble. ¿Quién querría, ante la pérdida de
un ser querido, que le ofrezcan reemplazarlo por otro?.

Después de muchos años, esta transformación de algunos
jóvenes actuales, en torturadores de sus semejantes y de
sí mismos, me llena de tristeza y pena, por ellos, aunque
guardo la esperanza que puedan, algún día, transformarse
en hombres de bien.

domingo, agosto 14, 2005

El sentido de la vida

¿Es que la vida tiene sentido?.
El sin-sentido de la vida parece estar hoy de moda.
Muchos viven sin cuestionar su vivir.

Más aún... muchos viven para apurar su muerte.
Están los que dañan su cuerpo con drogas.
O aquellos que se sumergen en rutinas de por vida.
O los que no se atreven a preguntar.

Yo me pregunto y al hacerlo debo contestar.
Creo que desde allí ya estoy definiendo lo humano.
El que pregunta y el que responde.

Sí, la vida tiene sentido.

Es la muerte la que le da sentido a la vida.

Vivimos muriendo en el tiempo.
Un tiempo que es finito.

Dentro de ese tiempo, el tiempo de mi vida
debo informarme para tomar decisiones.
Soy humano solamente cuando decido.

Al decidir soy libre y mi primera decisión
es decirle sí a lavida. Quiero vivir.

Y he vivido. Y mi pasado es indestructible.
No tengo presente, sólo pasado y futuro.
Construyo mi pasado al decidir mi futuro.

Por ahora, diré como Goethe, que el
sentido de mi vida es hacer
"lo que el día reclama".

La alfombra m�gica

La alfombra mágica

martes, agosto 09, 2005

¿Qué es la "alfombra mágica"?

"La alfombra mágica" es el título de uno de los volúmenes que conforman la gran novela de Jules Romains, "Los hombres de buena voluntad".
Allí, el protagonista principal de la novela, un escritor, Pierre Jallez, explica que "la alfombra mágica" es la atracción que surge entre un hombre y una mujer, en forma repentina y que los une en una relación amorosa que generalmente es efímera, pero muy intensa.
En ciertos casos, puede ser duradera, como en el film "Los puentes de Madison".
Sus cenizas se juntan bajo el puente en una escena emocionante.
El verdadero amor es más fuerte que la muerte.

lunes, agosto 08, 2005

Sol de invierno

¿Cuándo son más cálidos los rayos del Sol?.

La mayoría responderá que el verano es la respuesta correcta.
Pensémoslo mejor.
Imaginémonos caminando en un parque en una tarde de invierno.
De pronto, entre las nubes, surgen los rayos solares iluminando el paisaje.
Nuestro ánimo cambia. Nos alegramos. El día es hermoso.
Ese rayo de sol de invierno ha iluminado nuestro rostro.

¿Cuándo necesitamos más caricias?.
En el invierno de nuestro ánimo.
Cuando por un momento nos sentimos solos en el mundo.
Pasa alguien y nos sonríe.
Compartimos la sonrisa.
Ahora sabemos dónde está el Sol.