miércoles, enero 18, 2006

Veraneo, turismo, viajes

Todo ser humano es único e incomparable.
Sin embargo, no se puede negar que ciertas
características y costumbres permiten
forma grupos afines.
Por ejemplo, los que se trasladan a lugares
cercanos con toda la familia a descansar,
se les puede clasificar como veraneantes.
Por lo general, todos los años van a los
mismos lugares. No nos interesan.
Los que toman un tour a distintos lugares,
aún no conocidos, se les puede catalogar
como turistas. Tampoco nos interesan.
Dejemos a un lado también a los que se
desplazan por cualquier parte del mundo
por negocios o otras razones.
No ceo que se les pueda calificar como
verdaderos viajeros.
Los viajeros viajan sólo por viajar.
El único interés que los mueve es el
placer de conocer nuevos lugares y
nuevas gentes.
No viajan para descansar, sino todo
lo contrario, están dispuestos a cansarse
y a sobreponerse a cualquier incomodidad
o esfuerzo con tal de añadir un lugar
desconocido a su bitácora.
Pero los hay aventureros, que corren
grandes riesgos y otros que son prudentes.
Quedémosnos con estos últimos.
Aún más, los hay a quienes les interesa
solamente la naturaleza, bosques, selvas,
cascadas, montes, ríos, generalmente
buscan lugares exóticos, si es posible.
Otros en cambio, pefieren los lugares
humanizados, como las ciudades antiguas
y modernas. Estos son los que me interesan,
con una última distinción de carácter
económico, ni ricos, ni pobres.
Ni hacen dedo, ni vuelan en aviones
privados. Pueden volar, pero siempre
eligiendo una línea aérea segura pero
en clase económica. Si es muy caro,
usarán trenes o buses.
Llegando a los lugares planificados,
son verdaderos "flaneurs", caminarán
sin descando, el día entero.
Ya sea París, Praga o Toledo, siempre
peferirán caminar. Son los que no se
amilanan con los 22,5 Km de la rambla
de Montevideo, porque lo disfrutan,
muy ligeros de equipaje, ya que no son
mochileros.
Casi siempre viajan solos, son los
verdaderos viajeros, que de esa manera
logran frecuentes contactos con la
gente, son confiados pero prudentes.
Nunca van a ser engañados y muy pocas
veces robados, porque no se aislan, sino
que siempre procuran estar en lugares
seguros. Aunque los encuentros son
efímeros, los disfrutan intensamente.
Nunca aceptarán una aventura sexual,
si beben alcohol, no pasarán de un buen
vaso de vino local o una cerveza.
Cuidan su salud sobre todo y precisamente
la cuidan viajando, ya que así su salud
mental y física se beneficia claramente.
Al viajar encuentran lo mejor de sí mismos.
Guardan recuerdos gráficos de sus viajes,
pero con moderación, tomar fotografías
o videos, no les lleva ni un 1% de su tiempo.
Creo que 30 0 40 imágenes diarias es un
buen promedio.
Recomiendo viajar. Es fascinante, encantador.
Aunque personalmente conozco poco, nunca
me olvidaré de los momentos vividos en lugares
que merecen ser visitados por todos.
Mencionaré sólo dos lugares, uno es natural, y
lo recorrí cuando en mi itinerario incluí a las
ciudades de Puerto Montt y Bariloche. Elegí el
paso Vicente Pérez Rosales.
El lago Todos los Santos o Esmeralda, es uno de
los más hermosos del mundo.
Otro itinerario que recuerdo es un viaje de
sur al norte: Roma, Florencia, Venecia, Viena,
Praga, Berlín. Me habían prevenido respecto a
Praga, tenía expectativas, pero todas fueron
superadas por ese sueño hecho ciudad.
Goce de planificar el viaje, procurando todos
los planos y mapas necesarios.
Disfrute el viaje sabiendo que cada día traerá
un sinfin de experiencias magníficas.
Saboree sus anotaciones y gráficas después de
viajar en un regusto delicioso, mientras ya en
su mente está surgiendo un nuevo viaje.

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