domingo, noviembre 20, 2011

El papel

Día a día lo miraba. Yo sé que el me veía. Pero no nos hablábamos. Sólo estaban esas miradas, que significaban muchas cosas. Hasta que un día subió al bus con un amigo, con quién conversaba, y supe su nombre. En la ingenuidad de mis 15 años, lo miré al bajar y le dije: "Chao, Alex", y le dí un beso en la mejilla. Llegué eufórica al colegio.


Y luego, al día siguiente, se presentó él mismo y me dio un papel con su nombre, dirección y teléfono. Llegué a contarle a mis amigas que , por fin, había conocido al chico del bus.


En esa época, escuchaba esta canción y pensaba en él.






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