domingo, diciembre 18, 2011

Nuestra dulce amistad




Pasaba el tiempo y yo no lo sentía, tampoco el cansancio, sólo gotitas de sudor caían por mi frente. La música no paraba, y estabamos ahí, disfrutando del momento eterno, donde nacían emociones que creía extinguidas.

La alegría del momento nos envolvía por completo, crecían y estallaban sentimientos ocultos, y frases aparecían del lado oculto de nuestro corazón, que nunca más serían repetidas ni comentadas.


Sólo fueron unos momentos, durante una noche, cuando mostramos nuestras cartas, para luego volver a la rutina diaria y jugar a que aquello nunca sucedió… juego que sólo los adultos jugamos. Encuentros que nunca llegarán, deseos que no se concretarán. ¿Fue un sueño? Si es así, fue un dulce sueño. Cosas que sólo pasan bajo la suave luz de la Luna, porque el Sol derrite toda esa magia nocturna.


En sueños, ¡cuantas cosas pueden pasar! El amor eterno, el romance incansable, los sueños concretados, una primavera eterna…


Los mejores momentos, no han sido días, sino noches, y sabiendo que son unicos e irrepetibles, se han vivido plenamente.


Espero que pronto pueda volver a vivir excelentes momentos… mientras el Sol esté al otro lado de la Tierra.

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