miércoles, octubre 12, 2005

La pareja ideal

Como hombre que soy, (¡vaya afirmación audaz en
estos tiempos), no puedo desconocer que basta
un simple paseo por la ciudad para observar el paso
orgulloso de mujeres admirables.

De todas las edades y de todas las capas sociales,
reunen al máximo las cualidades que las hacen
merecedoras de estar, hablando con la jerga
tenística, entre las "top ten" femeninas.

Inteligentes, cultas, de excelente carácter,
elegantes, distinguidas, trabajadoras, alegres,
solidarias, leales, audaces, respetuosas,
estudiosas, con sentido del humor, etc.

¿Se me olvidó algo?. ¡Claro!. Como dice la
canción..."insoportablemente bellas".
Bellísimas, frescas, "sexys", con siluetas
arrebatadoras, labios tentadores, cinturas
de ensueño, caderas ardientes, miradas
de fuego... y podría agregar toda la
"cursilería" existente en tantos poemas
arrojados al cesto de papeles.

Recuperando la seriedad, es verdad, hay
mujeres que a cualquier hombre lo dejan
estupefacto, ( o simplemente estúpido),
al instante. Verdaderas reinas sin corona,
que andan por doquier. Si se camina por
el centro, se ve una cada cinco minutos.
El "downtown" para los turistas. Pero si
recorremos las avenidas de las comunas
"high", aumenta la estadística a una por
minuto. (Esto es a consecuencia del
vergonzoso colonialismo a que nos tiene
sometido aún "la carga del hombre blanco",
con sus cánones nórdicos de belleza, que
hacen la felicidad de los productores de
tinturas para el cabello!).

Perdón, me cuesta mantener la seriedad.

En suma, estas mujeres pueden ser
catalogadas como "supermujeres".

Aunque es vasta la literatura proclive a
enaltecer la soltería, a establecer que el
hombre y la mujer lo pasan muy bien sin
compromiso sentimental alguno, como
siempre, por estos lares, son mayoría
los que queremos provocarnos problemas
y buscamos con afán, nuestra pareja
que nos complemente.

¿Cuál será entonces la pareja ideal para
estas "supermujeres"?.

Pues muy sencillo, "superhombres".

Del planeta Tierra, por supuesto, no de
Krypton, porque la kriptonita, que los
deja por el suelo, la venden a peso en
todos los kioskos ultimamente.

¿Y cómo son estos "superhombres"?

Esto es aún más fácil. No son.
Es decir, NO EXISTEN.

¿Cuál es el resultado entonces?
Que todas esas "supermujeres",
o se quedan solas o se ven obligadas
a emparejarse con una especie
"mix" entre trogloditas y estúpidos.

Lo troglodita les otorga músculos,
y lo estúpido es producto de haber
observado la espectacular belleza
de su futura pareja.

¿Consecuencias...? Lágrimas mil y
separaciones sin fin.

Para mayor desgracia, estos congéneres
de mi propio sexo, no son capaces
de sentir amor por la maravillosa
supermujer, que sí está dispuesta a amarlo
y concederle la entrada al paraíso de la
felicidad concediéndole el uso exclusivo
de su cuerpo, por lo tanto, un tiempo
después podemos ser testigos de una
separación, en que el "papanatas" de
turno, recibe una esquela, mas o menos
así:

"Mini-hombre, te dejo: me alejo de tí,
porque me he dado cuenta que tú no me
quieres, como yo lo merezco.
Tú no confias en mí. Eso es desamor.
Aún cuando sigo amándote, no puedo
mantener una relación unilateral.
Una relación así no tiene más destino
que el recuerdo". Adiós."


Por supuesto que el "estúpido" no
entenderá nada, especialmente cuando
confiese al amigo, con gran orgullo que:
"pero si le hacía el amor todos los días...
y también todas las noches!".

Por supuesto, porque amor, para el
apuesto "troglo", es sinónimo de sexo.

Como ya se me está acabando la tinta,
debería llegar a ciertas conclusiones.

¿Cuál es nuestra pareja ideal?

Por cierto, estoy completamente en contra
de las parejas del mismo sexo.
Las respeto y las acepto como ciudadano,
pero creo que tienen un problema
insoluble, y no se trata de que no puedan
engendrar hijos. No. El problema es peor.

No podrán alcanzar el nivel de felicidad
que está reservado sólo para Adán y Eva.

Evidentemente tenemos un problema.

Ante un problema, debemos aceptar
varias soluciones, so pena que nos
tilden de fanáticos intolerantes.

Ofreceré algunas:

1. Afirmo que el problema no existe.
Es la solución más popular...
2. No me importa el problema...
Cínica, pero efectiva.
3. Dejo de lado a las supermujeres y como mini-hombre me conformo con una mini-mujer.
Estos no se han enterado que el problema existe.
4. Niego la existencia de supermujeres.
Esta solución es frecuente en la Biblioteca de Ciegos.
5. Le solicito a usted, amable lector o lectora, que me envíe una eventual solución.
Esta es la postura del flojo... Pero que se le va a hacer, soy un mini-hombre.

Perdone lo poco. Prometo continuar el tema... algún día.

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