viernes, octubre 14, 2005

¡Prefiero ser sol de invierno!

Hay un dicho que en Chile parece ser popular.
Lo popular es lo muy conocido. Propio del vulgo.
Popular, vulgar. Como casi todo lo vulgar, falso.

El mito es el siguiente:
"El sol de invierno no calienta a nadie".

Curiosamente con esta frase al parecer lo
que se quiere decir, al referirse a una persona,
es que por viejo, ya no tiene atractivo.

Es una muestra más del desprecio que se siente
en Chile, por los adultos mayores, a quienes
con frecuencia se les llama "viejos de mierda".

A las personas mayores de sesenta años,
no sólo ser las considera inútiles y tontos,
sino que se les niega toda posibilidad de
conservar su vida amorosa.

En el caso de los hombres, se les acusa,
de ser impotentes, son "sol de invierno".
No calientan a nadie.

En primer lugar... ¿Desde cuando, en la
hoguera del amor, es el hombre el que
debe arrojar la leña?.

Aunque yo no soy uno de esos viejos inútiles
y decrépitos, basura humana, inservibles,
tengo edad suficiente para saber que,
reemplazando el vulgar y grosero verbo
"calentar" por el verbo algo más aceptable
que es "excitar", (los hay otros mejores),
esa deliciosa tarea ha estado, desde los
tiempos de Adán en el Paraíso a cargo
del "bello sexo", las mujeres.

Son ellas, las que nos excitan.
Pero, por favor, No nos "calientan"!.
Dejemos ese verbo para los perros,
con el perdón de esos nobles animales.

Recuerdo que una vez, estando en
compañía de una hermosa mujer,
más joven que yo, me preguntó:
"¿Te estás calentando?"
Lo vulgar y grosero de la pregunta
me congeló la sangre, y como un
caballero que soy, acompañé a la
damita a su casa, para no volverla
a ver nunca más.

Aunque una vez iniciadas las relaciones
amorosas, nunca me he negado a nada,
ni siquiera a usar un lenguaje soez, si
"mi dama" lo requiere, me parece
inadecuado usarlas al comenzar la relación.

En fin, en gusto no hay nada escrito.
"Cada oveja con su pareja".

Volviendo al punto, al tema en cuestión.

No me parece que el hombre deba ser
el atractivo. La belleza es de la mujer.
Ella nos encenderá la sangre con su atractivo.
Luego, por supuesto, nosotros le demostraremos
su obra, con nuestras caricias y deseo.

Si el "sol de invierno" son los viejos y
el "sol de verano" los jóvenes y
recordando que los hombres somos
excitados por las mujeres y no viceversa,
afirmo que "los soles de verano" queman,
dañan, abusan, desprecian y abandonan.
Más aún, insultan, golpean y son incapaces
de mostrar delicadeza, paciencia y ternura.

LOs "soles de invierno", hombres maduros,
en cambio, no excitan, por supuesto,
"guatones y pelados", no son Adonis,
pero aprecian mucho más la verdadera
belleza de la mujer y responden a su
calor, con la tibieza del "sol de invierno",
con ternura, con delicadeza, con paciencia,
logrando que ellas lleguen al éxtasis del placer.

Los chinos son gente muy sabia, dicen
en el Tao del Amor y del Sexo, que la
pareja ideal, físicamente, es una mujer de
25 años con un hombre de 50.
¿Por qué será?.

Los árabes, otro pueblo sabio, aseguran
que las mejores parejas en el amor, son
aquellas constituídas por una mujer que
tenga la mitad de la edad del hombre
más siete años.
Así, a una mujer de 32 años, le correspondería
un hombre de 50. Garantía de felicidad mutua.

Dicen que el amor no tiene edad,
pero yo afirmo que el amor es como
el vino, mientras más "maduro, mejor.

El "sol de invierno" es cálido, agradable,
el "sol de verano", ardiente, quema, daña.

En verano, mejor nos ponemos a la sombra.

Como dijo alguien, si la juventud es una enfermedad,
se cura rápido, con los años.

Un pueblo que no respeta a sus viejos,
es un pueblo que no merece respeto.

1 comentario:

Céci dijo...

Foi bom teres encontado as minhas palavras, assim eu pude ler as tuas, gostei muito dos teus poemas, mas este "Relaciones Humanas", mostra uma enorme sensibilidade,sensibilidade essa que só um poeta como tu pode ter.

Parabéns
Cecília