miércoles, diciembre 28, 2005

¿Qué tal?, ¿Cómo estás?

Una breve reflexión sobre la muerte de la amistad

Cuando era muy joven, allá en la década de los '50,
cuando me preguntaban sobre mi situación, contestaba
sinceramente: bien, regular o simplemente mal.

Felizmente, en esa época, y en el ambiente en que
crecí, la ciudad de Buenos Aires, que por ese entonces
ya se empinaba en los seis millones de habitantes,
las respuestas negativas o problemáticas, hacían
surgir una espontánea solidaridad, expresada en una
forma muy cariñosa: "pobrecito... en qué te ayudo?".

Y no era una curiosidad malsana, de ninguna manera.
La ayuda ofrecida se materializaba, en especies,
en favores o simplemente en dinero. ¡Excelente!.

Así era. Si alguien se interesaba sobre cómo estaba
nuestra situación, siempre era porque estaba dispuesto
a ayudar en caso necesario. ¡Qué tiempos aquellos...!

Hoy, la amistad ha muerto. Ante la misma pregunta,
en esta ciudad de Santiago, que ahora, cincuenta años
después también llega a los seis millones de habitantes...
¿Quién se atreve a contestar algo distinto a un "muy bien"!

Nadie. Aquí en Santiago, la ciudad record mundial en
problemas de salud mental, todos están "muy bien"!.
Una ciudad donde un 60% están endeudados o aún más
que eso, nadie está dispuesto a decir la verdad de su
situación, porque sabe que si lo hace, será pasto de
toda suerte de críticas. Lo menos que puede esperar
es que le digan en su cara, y por boca de su "mejor
amigo", que si está mal es por su irresponsabilidad.

¡Con estos "amigos", quién quiere enemigos!.

Las cosas han llegado al extremo que a través de la
radio que más escucho, Bío-Bío, un simpático animador
sostuvo, con la mejor intención que... "los amigos no
son para resolver nuestros problemas". Es decir, que
si tenemos dificultades, no debemos "molestar" a
nuestros amigos!. Casi no pude creerlo.

Yo crecí con la idea, que aún mantengo, que los
amigos, los verdaderos amigos, son los que te
ayudan en épocas de desgracia, no son aquellos
que te rodean alegremente cuando te va bien,
sino aquellos que te consuelan y están contigo,
ayudándote, en los peores momentos.

En nuestros días, los peores momentos son los
de la cesantía, la época de las "vacas flacas".
Allí está la mano del amigo, que paga tus deudas
e incluso, literalmente, te da casa y comida.

Yo tuve, por más de veinte años, un amigo así,
mi mejor amigo, a quién rindo publico homenaje,
Edison Renato Acuña Lillo, Q.E.P.D.
quién nunca me abandonó cuando tuve problemas.

Dichosos aquellos que aún tienen un Amigo, así,
con mayúscula, como en los viejos tiempos.

Hoy en día, encontramos a un "Nova Bank" que
se publicita como "el Banco que te quiere feliz"!,
o algo parecido. No confies en él, todo lo que
le conviene a un Banco, perjudica al usuario.

Una consecuencia nefasta más de la economía
de mercado. El fin de la amistad. Ahora, ha surgido
un nueva "amistad", que sólo se mantiene mientras
tengas el dinero suficiente para pagar la cuenta.

¡Adiós, Edison, querido amigo, hasta nunca!...

No hay comentarios.: