lunes, noviembre 14, 2005

Juventud, divino tesoro

El vocablo "juventud" es casi mágico actualmente.
Todos quieren ser o verse jóvenes. Desde mediados del
siglo XX se da esta tendencia, primero en Estados Unidos
y un poco más tarde en Latinoamérica.

En Chile, una de las consecuencias de esta adoración
por la juventud es que el amor, es decir, las relaciones
sentimentales de pareja o "pololeo", sólo se admite
entre la juventud. Cualquier pareja en la cual, uno de
los dos sea mayor que el otro, es vista con desprecio,
al punto que se le insulta en plena calle. Desde lejos,
claro, como buenos cobardes.

A los de tercera edad, les está prácticamente prohibido,
por esta pacata sociedad, ni siquiera insinuar que tienen
o desean tener relaciones amorosas. ¡Qué escándalo!
Un abuelito degenerado, un "viejo verde".

Vamos por partes... qué nos dicen los entendidos, en
cuanto a los dominios del Dios Cronos. ¿Qué edad es
esa llamada "juventud"?. Para desilusión de esos
pequeños monstruos de 12 a 19 años, ellos no serían
jóvenes, sino adolescentes, divididos en tres etapas:
preadolescentes entre 12 a 14, adolescentes entre
15 a 17 y adolescentes mayores entre 18 a 19.

La juventud propiamente tal, se daría entre los 20 a
los 29 años. Y para los de 30 a 39 estaría la expresión
"adultos jóvenes". Bien, quedémosnos entonces, con
los jóvenes, los que están viviendo su tercera década.

Para empezar por cualquier lugar, porque este blog es
así, sólo improvisación del momento frente a la pantalla,
algo curioso y a la vez tragicómico: cuando yo era
un joven, en la llamada década prodigiosa, la de los '60,
ante una pregunta difícil, nuestros padres respondían,
"pregúntele a mi hijo, el sabe". Y por cierto, sabíamos.
Ahora, usted le pregunta algo difícil a un joven y le dirá,
impávidamente, "pregúntele a mi padre, él sabe".

¿Qué diablos pasó?. ¿Los nacidos entre los años 1930
y 1950 del siglo pasado somos los sabios y la generación
anterior no sabían porque " no habían llegado a la
universidad" y nuestros hijos tampoco saben, porque
"los estudiantes universitarios actuales no estudian"?.

Como Condorito..."exijo una explicación"!.

Los que nos graduamos como profesionales entre las
décadas del '50 al '60, éramos y somos, "cultos",
ahora, con nobles excepciones, encontramos a los
que llamo "profecionales", así, con C. Porque así
lo escriben. ¿Qué pasó con el idioma?.

¿Es que está naciendo un nuevo idioma?.
Es muy probable. De hecho, el lenguaje de los llamados
"chats", es una jerga muy distinta del castellano,
del inglés o cualquier idioma moderno.

Otro tema, muy propio de la juventud: el amor.
Desde los tiempos más remotos, el amor y la juventud
han sido casi sinónimos. Romeo y Julieta eran, si no
me equivoco, incluso adolescentes, de 15 y 16 años.

¿Cómo practican el amor, hoy, la juventud?.
Si les creo a los jóvenes que me han informado,
debo llegar a la conclusión que hoy, entre los
jóvenes el amor se deletrea así: s - e - x - o.

En un gran letrero veo a una adolescente liceana
diciendo: "Es divertido desde que aprendí a ponerlo".

Me parece muy bien y necesario que nos cuidemos
de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente
del fatídico SIDA, también me parece necesario que
se haga todo lo posible por establecer una paternidad
responsable.

Soy contrario al aborto, en principio, porque creo que
esa decisión hay que preguntársela al ser humano que
está por nacer: "¿Quieres morir?". Creo que dirá NO.

Pero... ¿Cuántas de nuestras liceanas, entre 14 a 17
años tienen vida heterosexual activa?. ¿Son la mayoría?
Creo que no. No estoy en contra del letrero, de la
recomendación de usar preservativos, estoy en contra
de haberle puesto uniforme a esa jovencita.

El sexo, con amor, no es divertido, es hermoso,
noble, gozoso, admirable, placentero, sublime,
maravilloso, exquisito, rico, etc., todo, menos divertido.

Lo que se hace por diversión, es para "matar el tiempo",
quizás porque no se tiene nada bueno que hacer.
Los aburridos tratan de divertirse, y los que se aburren,
me parece que son parientes de los burros, con
perdón de esos nobles animales.

Pongamos a la hermosa muchacha propiciando el uso
del condón, pero con ropas juveniles y femeninas,
y diciendo algo como: "hacer el amor es hermoso,
pero seamos responsables" o algo parecido.

Me declaro caduco en esto, nunca he pedido a una
pareja que me ponga un preservativo, siempre lo
he hecho personalmente. Por razones de seguridad.
Un condón mal puesto, es posible que se rompa.
Y a un profiláctico roto, no lo encuentro divertido.

Pero... diablos, estamos hablando de la juventud actual.
La juventud antigua, esperaba ansiosa el día en que
cumplía la mayorìa de edad. Su propio regalo era la
inscripción... por fin!, en los registros electorales.
¡Qué orgullo era saberse un ciudadano con derecho
a sufragio!. Hoy, las estadísticas nos dicen que en
el Chile actual, hay dos millones, que "no están ni ahí",
con el proceso electoral. La polìtica no les interesa.

¿Acaso han leído una definición de política?.
No se les puede pedir que conozcan a Hannah Arendt.
Pero su falta de interés no es una protesta contra
el actual sistema de gobierno, no, es sólo abulia y de
la peor, la unida al egoísmo, al de que se preocupa
sólo de sí mismo y de nadie más.

Felizmente, aún hay jóvenes que son solidarios,
e inteligentes y generosos. Verdaderos ejemplos
de buenos seres humanos. Ser joven hoy día, es mucho
más difícil que hace cuatro o cinco décadas atrás.
Porque lo que era común en 1965, por ejemplo, es
una excepción en el 2005. ¡Participar!

Cada ser humano es responsable, debe responder
no sólo por su propia vida, sino también por la de
sus hermanos. Por toda la humanidad.
El joven que hoy es responsable es un "superjoven".
¡Un joven de verdad!.
¡Gracias, juventud, divino tesoro!.

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